Posturas sentadas
Puede ser con la espalda erguida o inclinada hacia adelante. En el caso de la postura sentada con la espalda recta (Sukhasana, Swastikasana, y otras) estas posiciones son ideales para la meditación, además de tener efectos calmantes, regular la tensión arterial y permitir un mejor descanso.
Asimismo, las posturas sentadas, con el tronco estirado hacia las piernas (Balasana, Paschimottanasana) ayudan a regular la digestión, a expulsar gases, tonifican las vísceras y sosiegan la actividad cerebral.
Torsiones
Las asanas o posturas de torsión permiten la desintoxicación de distintos órganos y también de las glándulas, ya que activan los órganos digestivos, permitiendo mejorar estas funciones. Además se estira la columna, flexibilizándola a la vez que alivia la rigidez, los dolores de espalda y cabeza. Algunas de estas asanas son Bharadvajasana, o Ardha Matsyendrasana.
Posturas de pie
Las asanas de pie, como Virabhadrasana o Utthita Parsvakonasana, contribuyen a la flexibilidad de las articulaciones, aumentan la fuerza y estabilidad de las piernas. A nivel emocional, incrementan la confianza y la valentía.
Vinyasas (saltos y movimientos secuenciales)
Es un método en el cual se realizan diferentes asanas seguidas y de manera rápida. Estos saltos y movimientos permiten aumentar el ritmo cardíaco, activan el metabolismo y otorgan una inyección de energía, al tiempo que mejoran la atención, la velocidad y contribuyen a desarrollar una mayor resistencia.